Una reflexión urgente para la Iglesia de nuestro tiempo
Luego de muchos años de actividad como organista en varias parroquias, he llegado felizmente a descubrir cómo más apremiante y trascendental que mi propia vocación al ministerio del canto resulta ser el hecho de sentirme hoy llamado por el Altísimo a asumir en la vida eclesial el papel de “despertador de conciencias” en un ámbito más amplio de evangelización.
A los destinatarios de la lectura que presento a continuación, que son especialmente los amados sacerdotes de Cristo, les resultará demasiado importante permanecer atentos a contraponerse en todo momento a cualquier espíritu de soberbia que procure impedirles abordar con objetividad una reflexión como ésta, ajena a ideologías desorientadoras, y nacida más bien del sentido común.
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